Santa Cecilia es reconocida como la patrona de la música en la tradición católica. Se cree que nació en el siglo II en Roma y se convirtió al cristianismo, dedicando su vida a la fe. Según la leyenda, Cecilia estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado Valeriano, pero había consagrado su virginidad a Dios. Se dice que mientras los músicos tocaban en su boda, ella cantaba en su corazón a Dios, lo que la llevó a ser asociada con la música.

Se cuenta que Cecilia tenía una profunda conexión con la música y se le atribuye haber escuchado música celestial en su corazón, lo que la llevó a convertirse en un símbolo de inspiración para los músicos y compositores. Se dice que tocaba instrumentos musicales y cantaba para glorificar a Dios.

El vínculo entre Santa Cecilia y la música se ha mantenido a lo largo de los siglos, y su festividad, celebrada el 22 de noviembre, se convirtió en un día especial para músicos, cantantes y compositores para rendir homenaje a su relación con la música y la inspiración que brinda a quienes buscan expresarse a través de este arte.

Su imagen como patrona de la música ha trascendido lo religioso y se ha convertido en un símbolo de la influencia espiritual y la conexión profunda que la música puede tener en la vida de las personas. Muchos conciertos, eventos y celebraciones musicales se llevan a cabo en su honor en diversas partes del mundo como muestra de respeto y reconocimiento a su legado vinculado con la música.